Los fractales navegables fueron creados para provocar estados de conciencia privilegiados en quien los utiliza.

Fueron construidos siguiendo una de las teorías de la Terapia Akáshica que sostiene que el ser humano goza de 42 estados de conciencia posibles y gracias a ellos puede acceder a otras dimensiones. Nuestro ser bioenergético
el único que puede viajar en ellas actúa a una velocidad de 300.000 veces más rápido que la conciencia de nuestro ser neuronal y los tesoros que cosecha en estas dimensiones escapan a todo tratamiento racional y
analítico de su conciencia neuronal porque esta última es prisionera del mundo tridimensional y está encerrada en la división de tiempo de pasado-presente-futuro.

Aunque intentar «comprender» estas nuevas cargas energéticas solo llevará a destruirlas, las que serán observables a mediano plazo serán las variaciones que manifestará en sus actitudes psicológicas, sus reacciones emocionales, en las capacidades de aprendizaje, y en la apertura de nuevos y variados puntos de vista.

Si el lector se pregunta ¿por qué motivo me conviene practicarlos?

Sencillamente porque le aportaran un beneficio seguro. Ninguna estructura viciada resiste a un entrenamiento cotidiano hecho con disciplina y sin saltar ningún día de práctica. Todo lo que es afectado en el ser humano, salud física, mental y espiritual incluida proviene de automatismos erróneos y es bien cierto que no se puede nunca borrar un automatismo, pero puede ser reemplazado por otro más profundamente automatizado y por ley de economía nerviosa, nuestra actividad cerebral siempre buscará el camino de menor desgaste energético, es decir, pasará por preferencia por el automatismo más profundo.